Aprender a mover tu dinero es el primer paso para mejorar tus finanzas y comenzar a generar inversiones inteligentes.
Si quieres que tu dinero no se quede estancado y buscas opciones para hacerlo crecer, es clave conocer los conceptos básicos de finanzas e inversiones. Ya sea que estés arrancando un negocio propio o simplemente quieres poner a trabajar tus ahorros, existen alternativas accesibles que pueden ayudarte a dar los primeros pasos sin complicarte la vida.
¿Recuerdas cuando Rapunzel salió de su castillo y no sabía cómo funcionaba el mundo exterior? Lastimosamente, ser adulto es así, pero sin príncipe azul que venga a protegernos. A falta de un salvador que te enseñe cómo manejar tus finanzas, hoy te traemos unos consejos para que aprendas a poner tu dinero en movimiento, aun siendo un principiante.
Mejora tus finanzas personales, aunque no tengas experiencia
Cuando no se tiene mucha experiencia en el mundo de las finanzas personales, es muy común encontrarse con personas que tienen miedo de invertir o que, por el contrario, no tienen una cultura de ahorro y gastan el dinero a partir de sus emociones.
Poner tu dinero en movimiento consiste en tomar las decisiones necesarias en el momento adecuado para aumentar tu capital sin que pierdas todos tus ingresos en el intento.
Lo primero que debes hacer con tu dinero es aprender a protegerlo y, para ello, es fundamental que:
Tu dinero esté respaldado por una entidad financiera confiable.
Tengas un claro manejo de tus gastos para no tener pérdidas innecesarias.
Seas cuidadoso con las compras que realizas, tanto en tiendas físicas como digitales.
No te dejes llevar por las emociones al hacer compras o inversiones
Pon tu dinero en movimiento: comienza a invertir
Una vez que tengas bien protegido ese dinero que tanto te ha costado ganar, es momento de ponerlo en movimiento y empezar a aumentar tu capital.
Lo primero que debes hacer es ser realista; no te vas a convertir en Elon Musk de la noche a la mañana, pero puede que en cuestión de unos cuantos meses o años puedas tener la tranquilidad de que nada te faltará.
Para los más arriesgados, existen opciones como invertir en la bolsa de valores, apostarle a alguna startup prometedora o comprar al por mayor productos que se pueden vender luego a un mejor precio.
Los más temerosos pueden invertir su dinero en instrumentos de menor riesgo financiero, como la compra de bienes raíces accesibles o de dólares para sacarle provecho a la tasa de cambio.
Sea cual sea la opción que escojas para poner tu dinero en movimiento, es vital que te informes adecuadamente sobre el mercado en el que vas a invertir, sus riesgos, comportamiento en el largo plazo y, lo más importante, el tiempo en que tu inversión rendirá frutos.
En definitiva, tal vez no tengas un príncipe azul que te enseñe cómo funciona el mundo, pero lo bueno es que ya no estamos en la era de los príncipes, el futuro es hoy y todo está al alcance de un clic.
